Los Orígenes

En 1919, un pequeño grupo de agricultores fundó Cellers de l’Arboç, ubicado en el pequeño pueblo de l’Arboç, en la zona del Penedès, en Cataluña. La bodega estaba situada en el centro del pueblo y fue construido siguiendo el estilo modernista, propio de la época.

La bodega comenzó a vinificar las variedades propias de la comarca Macabeo, Xarel·lo, Parellada. Principalmente, para elaborar cava, pero también para producir vinos tranquilos. Posteriormente, se inició la vinificación de otras variedades como Chardonnay, Cabernet Sauvignon, Ull de llebre y Merlot.

Fue una de las primeras bodegas en elaborar y fermentar los vinos a baja temperatura en el Penedès. Esta técnica permite que el producto, que se utiliza para elaborar Cava y vinos tranquilos, mantenga la frescura y los aromas mediterráneos. Esto aporta una gran calidad al producto una vez que tiene lugar la segunda fermentación en el interior de la botella.

En la Actualidad

En la actualidad, Cellers de l’Arboç está formado por unos 400 socios que cuidan de unas 1.000 hectáreas de viña. Con el paso de los años, Cellers de l’Arboç se ha profesionalizado y elevado los estándares de calidad de sus productos.

2006 fue un año clave en la historia de Cellers de l’Arboç. Fue en ese momento cuando trasladaron su ubicación a un nuevo edificio mucho más moderno y con la tecnología más avanzada. Esta gran inversión se tradujo en un cambio en su estrategia operativa, convirtiéndose en uno de los principales elaboradores de la zona.

El Terroir

El terroir de l’Arboç es un elemento clave que determina la calidad y el carácter único de los vinos producidos en esta región de Cataluña, España. El clima mediterráneo con influencias continentales, los suelos calcáreos y arcillosos, así como la topografía montañosa con terrazas de cultivo, crean condiciones ideales para estas variedades de uva autóctonas. La combinación de estos factores, junto con las técnicas tradicionales de cultivo y elaboración del cava, resulta en productos complejos y con personalidad que se caracterizan por su equilibrio y sus aromas. El terroir de l’Arboç es un verdadero tesoro enológico que ha sido valorado por los productores y amantes del vino durante siglos.